Foto: Instagram

“Me da vergüenza pedir esto. Es algo muy personal” le escribe Simon Leviev, por Whatsapp a una mujer que conoció por Tinder. El israelí que se hacía pasar por “El Príncipe de los diamantes”, heredero de un imperio de joyas, que muestra en su Instagram una vida de lujos, con viajes, hoteles y ropa de marca, y que a Cecilie la llevó en un jet privado, no le pide nada sexual que lo avergüence.

El estafador de Tinder, el documental de Netflix que debido a su impresionante éxito en pocos días en el streaming en los Estados Unidos se convertirá en una película de ficción.

El comienzo hace un pantallazo sobre lo que es Tinder, el matcheo, la búsqueda de sexo pasajero o “del amor de mi vida”, y vaya que es cierto aquello de “cómo un clic puede cambiar tu vida”.

Simon enamora a las mujeres -¿ingenuas? ¿Pero y las fotos, y los hoteles, y las cenas costosas, y los viajes en avión?-, que creen ver en él al amor de sus vidas. Les dice que quiere casarse con ellas, formar una familia, compartir un piso en Amsterdam o en Londres. Hasta que llega el pedido vergonzoso.

Simon le manda fotos en las que Cecilie ve a Peter, su custodio, a quien conoció en el avión privado, ensangrentado. La gente de seguridad, le cuenta Simon, le pide que se esconda, que no use sus tarjetas de crédito “para que mis enemigos no me descubran”.

Primero será dinero en efectivo. Veinte mil dólares. Luego, una extensión de American Express, claro, a otro nombre, no el de Simon.

 

Simon Leviev, cuyo nombre real es Shimon Hayut, es originario de Bnei Brak en Israel y según el documental comenzó con las estafas desde muy joven, de hecho, a los 20 años se fue a Finlandia para huir de las autoridades por los fraudes.

Estuvo encarcelado en Finlandia por cometer fraude contra dos mujeres y cuando salió de prisión buscó una nueva identidad para cometer fraudes a través de las apps de citas.

Simon Leviev fue acusado de estafar a mujeres con más de 10 millones de dólares, sin embargo, el joven fue arrestado en 2019 gracias a que su novia de aquél entonces avisó a la policía, luego de que ella viera un reportaje sobre las estafas de su novio. Simon solo estuvo cinco meses en la cárcel.